Wednesday, January 20, 2010

¡Salve oh Vergara! Salve rey… de la mercadotecnia.

¡Feliz año nuevo queridos lectores! Escribo hasta ahora, porque no había habido nada sustancioso de lo que debería de tener opinión, salvo los fichajes de invierno y algunos imperdibles del Interliga: América emociona y pierde, el Puebla lucha estoicamente en medio de su telenovela interna, Cruz Azul y Rayados se refuerzan bien, Romano por fin gana, en fin; nada digno de mención, más que la novela de Chivas y el adiós a su capitán.

Estuve a punto de escribir cuando comenzó a pasar lo de Ramoncito Morales, pero me esperé hasta el día de hoy por el giro que han tomado los acontecimientos. Quiero empezar estableciendo mi postura respecto a este tema: Ramoncito no merece, ni por asomo, ser tratado así. Un jugador como él ya no hay. Es una institución de persona, de carácter, una zurda inolvidable y un emblema de Chivas. No deja de servir de la noche a la mañana.

¿Saben qué es lo peor del caso? Que a pesar de los dimes y diretes entre Lebrija, Vergara y Real sobre quien lo quiere y quien no, Ramón salió del equipo por la puerta de atrás—y no solo eso—sino que lo tacharon de no querer cooperar con el “arreglo que le convenía” para irse cuanto antes a Chivas USA.
El declive de este hombre comenzó desde que decidió renunciar—o le quitaron ya no se qué creer— la capitanía de Chivas. Más tarde, se convirtió en habitual de la banca y por último, entre los medios de comunicación y Vergara se decidieron a convertirlo en un mero despojo de futbolista grande. Todos sabemos que tiene más que dar y que lo puede demostrar, solo que siento que se hartó de los constantes cambios en Chivas, se quejó y eso fue su perdición.

Lo sacaron a la mala, y a pesar de que luchó por quedarse en Chivas lo único que logró fue que se lo rescindieran; pero lo dejaron en la congeladora seis meses, algo malísimo para alguien con su edad, experiencia y trayectoria.
Claro que la afición reclamó, pataleó, gritó y lloró. Pero El rey Vergara conoce a las masas. Vio disturbios que reclamaban un ídolo y la misión fue: Regresen al Bofo, a como dé lugar. Lebrija sudo sangre, a Real no le preguntaron, pero el Bofo llegó y las aguas de calmaron.

Las cosas regresaron a su nivel. Los que quieren a Vergara y los que no. Aquí es donde lanzó el ¡Salve oh rey! que se incluye en el titulo.

Resulta que Ramoncito, en su afán de seguir entrenando, comenzó a salir solo a la calle. Los medios lo vieron y dieron de nuevo a la gente material del cual hablar. Ramón, accidentalmente o a posta, les dijo que tenía una pequeña lesión que quería cuidar. Ayer, dos días después de decirlo, decidió operarse por consejo del médico de Chivas. ¿No les suena raro? Esperen a lo que viene. Hoy en la mañana, se le informó a Ramón que hoy que se operaba Chivas iba a cubrir todos sus gastos por orden directa del Señor Vergara. Magnanimo. Sobresaliente. Notable. Es un acto de reconocimiento para un veterano.

Perdón, pero no la compro. No es del estilo humanitario el presidente de Chivas. Una de dos o las dos: Su conciencia no lo deja dormir o necesita de una vez por todas zanjar el tema Ramón teniendo con el un acto humanitario para que esté 3 meses alejado y de paso mejore su imagen pública. Lo más impresionante del caso es que ambas cosas sucederán frente a los ojos de toda la hinchada rojiblanca y todos diremos: ¡WOW! Por lo menos le dieron la lana de su operación a Ramón… eso es justicia... ¿Justicia?

Ja Ja Ja